martes, 5 de marzo de 2013

Cuando todo haya terminado

Bajó la luna blanca por el humo ahogado
 de las hogueras de una noche negra.
Por la espalda un río en forma de color
escala como las ramas de un árbol.

Cuando todo acabó la encontré sola al fin.
La sonrisa de una decía más que yo.
Brillante como una perla de diamante.
Las intenciones son lo que cuentan.

Y lo que cuentan no es importante.
Siembra palabras que se lleve el viento
para atraparlas entre tu red de mariposas
que aletean desconcertantes por el hambre.

Hace mucho frío. Hace mucho que vino
para calmar mis adentros irritantes.
Las velas no encienden nada al aire,
pero las cosas son lo que nacen.

Dime, luna blanca cuando al oído digo
si un susurro se me escapa
que perdure en tu olvido
de grande enana blanca.

Entre unas rimas y por otras
por las montañas rocosas
veíamos toda vida acabar.
Todo lo que queda unido por la cabeza.

Hasta los pies llegan después de una siesta
el derecho y el izquierdo, dan igual.
Todo lo que sepa que sea a cereza
Y cuando nuble, que no llueva.

Que sean los ojos los que se cierran
que vean los rayos sinestesias.
Que este sea lo que vale la pena
Y que empieza en estival, sí,
 y solo rima con regaliz.