Gran mujer que me alimenta,
me hace crecer, y crezco como persona.
Me das más amor que nadie
y te respondo con malos tratos al aire.
El aire que de ti respiro,
las alas que me darás
y encima te hago esperar
más y cada vez más
una agónica tortura que me depara.
Y siento que me asfixio pero estás ahí.
Me ahogo en un vaso de agua medio lleno
medio vacío, me encuentro,
sufro por dentro pero no siento pena;
sé que tendré que pasar por eso,
pero prometo no llorarte,
ni aunque me castiguen por algo que no he hecho,
solo quiero amarte y recogerme entre tu pecho
que me abraces como antes.
Luces blancas y rojas, me tapo los ojos.
Mi alma a veces llora.
Busca una salida que llevarse a la boca,
con ganas de comerse el mundo,
saldré de aquí dentro
y espero que poco a poco, paso a paso,
la primera palabra escuchada más la primera desdicha.
Me enseñarás el mundo
con las piernas abiertas
y yo, después, con los brazos que me trajeron al mundo
me sentiré por fin despierto
a gusto, inquieto, y somnoliento.
Todo junto, tu y yo, yo soy tuyo.
Y mañana no recordaré nada de esto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario