sábado, 21 de septiembre de 2013

Va del aire

Cada mujer que ha pasado por mi vida 
ha dejado algo, aunque sea una sonrisa.
 Tú nunca entraste, y te convertiste en mi musa.

Y entre calles y esmeraldas me queda tu guirnalda 

de callejones de miradas con disimulo a la falda 
y a los tacones de colores cuando andas.

Que controles. Que andas

Que conduces, que anda...
Quisiera ser mi costumbre tenerte entre tus saltamientos
 de quedeceres corre, ve y anda. Que vaya pensamientos,
mal de humos y se levanta.

Y alfombras duras por donde quiera que pisas,

escaleras de caracoles del diluvio que pasan
dónde quieran que estarán las flores que salgan.

Y el di sí, mulo, que no quieras reproches

por lo que lloras todas las noches por quedarte
                                      entre las ramas.

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